Crear un hábito para asegurar la salud dental
Cepillarse los dientes es un hábito que los niños y niñas deben adquirir cuando son pequeños. Por este motivo es muy importante que los padres conciencien a sus hijos para que esta operación la realicen como mínimo tres veces al día: por la mañana, después de desayunar, después de comer y después de cenar.
Es importante que antes de utilizar el cepillo de dientes no lo mojemos con agua. Por lo tanto, los dientes tienen que cepillarse en seco, sólo con la pasta como mínimo durante 3 minutos. No podemos ir con prisa ni olvidarnos de cepillar ningún diente.
Se aconseja también utilizar el hilo dental, sobre todo por la noche para dejar la boca bien limpia y evitar que durante la noche actúen las bacterias.
Limpiarse los dientes no sólo sirve para eliminar los restos de comida y evitar la aparición de caries. También sirve para prevenir enfermedades en las encías y en nuestro organismo.
Los niños tienen que empezar a ir al dentista a partir de los 3 años. Para mantener en forma las piezas dentales es imprescindible una buena alimentación, evitando los caramelos y los dulces. Se tiene que comer verdura, frutas, leche y sus derivados y productos ricos en vitaminas y minerales.
Los dentistas recomiendan utilizar una pasta de dientes con flúor porque ayuda a conservar el esmalte en buen estado. Y se recomienda hacer una revisión al menos una vez al año.
Los padres tienen que hacer lo mismo. Los niños imitan las conductas y si ven a sus padres cepillarse los dientes, es más fácil que ellos también lo hagan.
Para facilitar la tarea de cepillarse los dientes les podemos poner un taburete para que se miren al espejo, comprar un cepillo divertido y una pasta de dientes con un sabor que les guste.
Es importante, en el caso de los bebés, que seamos nosotros los que les cepillemos los dientes (aunque tengan pocas). Con el tiempo les iremos enseñando la mejor manera para que lo hagan ellos.
El cepillo de dientes debe cambiarse cada 3 meses.