CAMÍINO DE RONDA DEL FARO DE ROSES A CALA MONTJOI

2 tramos de camino de ronda de Roses

Camino de ronda del Far de Roses hasta l’Almadrava

Hacia el camino de ronda de Roses. Los caminos de ronda deben su nombre a las rondas o guardias que han hecho, tradicionalmente, las patrullas, resiguiendo la línea de la costa, para vigilar el contrabando y el tránsito de embarcaciones al borde de la línea de mar.

El itinerario sigue un tramo de de este camino de ronda, desde el faro de Roses, construido durante el reinado de Isabel II el año 1864, que se encuentra a 24 metros sobre el nivel del mar, orientado al sur, hasta la playa de Canyelles Grosses o desde l’Almadrava.

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El Faro, que fue electrificado el año 1921 con una lámpara incandescente de 500 vatios, se encuentra justo debajo del castillo de la Trinitat, restaurado hace poco y visitable próximamente.

Durante todo el trayecto, hasta la playa de Canyelles Petites, podréis disfrutar de algunos afloramientos rocosos singulares de mármoles blancos con vetas, y de elevado interés geológico.

Justo delante de la playa de Canyelles Petites hay un islote formado por diversas rocas, llamadas els Brancs, que son un punto de descanso para aves como el cuervo marino, que podéis ver secándose las plumas con las alas abiertas, mirando al sol.

Siguiendo la ruta, una vez pasada la primera playa, el camino de ronda sigue cerca la línea de mar.

Entre la playa de Canyelles y la de l’Almadrava hay también dos salientes rocosos, utilizados frecuentemente por los pescadores: son las puntas de la Omella y del Ullastrell.

Finalmente, se llega a la playa de l’Almadrava, que recibe ese nombre por el tipo de pesca que se practicaba antaño, la cual consistía en calar distintas redes colocadas estratégicamente, las cuales hacían que el pescado se dirigiera fuera de la cala hacia el interior, donde se capturaban.

El retorno hasta el punto de origen se hará por el mismo recorrido, pero podéis aprovechar para hacer un chapuzón en cualquier playa de la costa.

Camino de ronda de l’Almadrava a Cala Montjoi

El camino de ronda transcurre por un estrecho sendero cerca del agua, entre l’Almadrava y la cala Montjoi, entre acantilados, rocas, vegetación de pinar y de arbusto típicamente mediterráneo.

¡Es una ruta ideal para refrescarse en cualquier cala o playa por las cuales pasaréis!

El camino de ronda se inicia desde la última casa de la calle Gauguin de l’Almadrava, lugar donde también empieza el Parque Natural del Cap de Creus.

Aproximadamente, a 1 km del inicio, se llega a la punta Falconera, que recibe ese nombre por la presencia, hace años, de halcones. Esta punta fue ocupada por militares hasta principio de los años noventa por su interés como enclave estratégico con dominio visual de la bahía de Roses. Debido a ese uso, hay una red subterránea de galerías y pasillos que afloran a la superficie a través de bunkers, en las cuales se pueden ver las salas de las baterías de tiro y las aberturas por donde sobresalían los cañones.

Pasada la punta Falconera, el camino sube y baja en función del relieve abrupto, pasando entre pinares y acantilados al lado del mar y por diversas calas. La primera es la cala Lladó.

De su cantera, aún visible, se extraía mármol, que se transportaba a Roses por el mar. Aún se puede ver cerca del agua el embarcador y la rampa por donde se bajaba la piedra.

Pasando por el cabo Trencat, que recibe ese nombre gracias a la fragmentación de rocas que han ido desprendiéndose y cayendo al agua, llegaréis a la cala Murtra (considerada nudista), que recibe el nombre de la vegetación de mirto que predomina en el lugar. Y, en la siguiente, la cala Rostella, separadas entre ellas por el cabo Blanco.

Delante de este tramo de costa hay numerosas rocas sumergidas, a escasos metros de la superficie del agua, llamadas baos, que han sido causa, desde los inicios de la navegación por el Mediterráneo, de hundimientos de barcos, los cuales son a día de hoy un atractivo para los submarinistas.

Finalmente, el camino de ronda llega a la playa de Cala Montjoi, desde donde, mirando al fondo del valle que lleva el mismo nombre, se distinguen dos edificaciones: el mas de Montjoi de Baix y el de Dalt, que antiguamente daban vida a este rincón.

El camino de ronda serpentea por la costa, para aquellos que deseen seguir disfrutando del paisaje. La vuelta la haréis por el mismo recorrido hasta l’Almadrava.

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