Espejito, espejito… ¿Quién es la más bonita del reino?
¿Podemos personalizar un espejo para nuestros hijos? Pues sí… Así cada vez que se miren habrá algún motivo, dibujo o letras que los identificará. Os recomendamos que esta actividad la lideren los padres: los niños pueden decidir y hacer los dibujos, así como el proceso de pintura; pero la parte de rascar el espejo es mejor que la haga un adulto.
Lo primero que hay que hacer es decidir cuál será el dibujo o motivo que queramos hacer.
Pensad que lo que dibujéis o escribáis tendréis que hacerlo al revés: es decir, se tendrá que ver bien justo por el otro lado del espejo. Por lo tanto tendréis que hacer, sobre todo si el motivo son palabras o un nombre, todo del revés, con las letras invertidas.
El dibujo o las letras las pueden hacer los niños, ya que en la parte posterior del espejo se puede escribir o dibujar perfectamente con un lápiz (incluso se puede borrar en caso de que desee corregir).
Una vez planteado el motivo, con un destornillador estrecho o de punta pequeña raspamos bien la lámina del espejo.
Veréis que a medida que vayamos rascando, desaparece el espejo y se ve la transparencia del vidrio.
Por lo tanto, si miráis por la parte del espejo, veréis el dibujo o letras que habíais planteado.
Cuando acabéis de rascarlo todo, vuestros hijos/as pueden coger la pintura y pintar del color o colores que quieran la parte rascada.
En el lado del espejo se verá el dibujo de colores.
Espejito, espejito… ¿Quién es la más bonita del reino?
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