6 de enero
LLEGAN LOS TRES REYES MAGOS DE ORIENTE: Melchor, Gaspar y Baltasar
En realidad la fiesta empieza el día antes, por la tarde, cuando se realizan las cabalgatas… ¡Los reyes ya han llegado!
5 de enero: LA CABALGATA DE LOS REYES
Las calles de todos los barrios, pueblos y ciudades se llenan de familias para ver pasar las cabalgatas con las carrozas reales. Majorettes, bandas de música, carrozas con decoraciones variadas… Todos nos avisan de que los Reyes Magos están a punto de pasar. Y todos los niños, embelesados, van recogiendo los caramelos que se lanzan desde las carrozas y vehículos que van pasando.
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Los Pajes Reales pasean y recogen las cartas que los más pequeños, llenos de ilusión, han escrito para los Reyes Magos: una lista inmensa de regalos, juguetes y deseos, y tal vez alguna excusa si no han sido del todo buenos…
Una vez terminada la cabalgata es hora de ir a casa y prepararlo todo para la llegada de los Reyes.
Es tradición dejar en un balcón, patio o ventana un zapato de cada miembro de la familia.
Dentro, o al lado, se tiene que dejar un poco de comida para los Reyes y los Pajes, y también un poco de agua para los camellos. ¡Pensad en el montón de faena que tienen esa noche…! Si en cada casa encuentran algo para comer se les hará más fácil.
¡También se les deja un poco de Moscatel!
Y ahora llega el momento de ir a dormir… ¡Si los nervios lo permiten!
6 de enero: EL DÍA DE REYES
Desde que los más pequeños abren los ojos son conscientes que los Reyes han pasado y que, si todo ha ido bien, el comedor debe estar lleno de regalos.
En todas las casas pasa lo mismo: gritos, emoción, nervios…
Paquetes y paquetes de regalos con diferentes nombres, chocolatinas, caramelos, más regalos…
…y carbón para los que se han portado un poco mal o han sido traviesos algún día del año.
¿QUIÉN SON LOS REYES MAGOS DEL ORIENTE?
Según el Nuevo Testamento, la noche del 5 de enero unos sabios llegaron a Belén para llevar unos regalos muy preciados para el niño Jesús, que había nacido unos días antes.
Eran tres hombres y venían de muy lejos guiados por una estrella que les había marcado el camino.
Melchor (el Rey Blanco), Gaspar (el Rey Rubio) y Baltasar (el Rey Negro) llevaron Oro, Incienso y Mirra al recién nacido.
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Cuando acabéis de comer el día de Reyes, los turrones y los barquillos se apartan y dan paso al postre más típico del día: el roscón de reyes.
Se trata de un roscón de brioche con mazapán en el interior y fruta confitada por encima. En el interior se esconden dos sorpresas: la figurita y la haba.
Se tiene que cortar el pastel a trozos pequeños o grandes, pero no puede quedar ningún trozo sin comer: tantas raciones como personas hay.
A quien le salga la figurita (normalmente una figura de un rey mago) será coronado con la corona de cartón que os darán cuando compréis el roscón en la pastelería.
Pero al que le toque la haba tendrá que pagar el roscón (o comprar otro, pagándolo con su dinero, para volver a empezar…).
¿Os atrevéis?