PARQUE ARQUEOLÓGICO DE LA CARROVA EN AMPOSTA

Dos monumentos relevantes de las Tierras del Ebro

El Parque Arqueológico de la Carrova, situado en el borde de l’Eix de l’Ebre 8C-12), permite visitar en un mismo espacio dos monumentos relevantes de las Tierras del Ebro.

Por un lado los restos de una importante villa romana que estuvo activa entre las siglos I aC y V dC, ejemplo de los asentamientos rurales de época antigua en el tramo final del Ebro.

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La visita permite descubrir la zona de trabajo del establecimiento, especializada en la pesca.

Por otro, una majestuosa torre de vigilancia del Ebro que data del s. XIV y que fue, hasta el s. XIX, una granja agrícola de los monjes cistercienses de Benifassà. Restaurada y habilitada para la visita, desde su azotea se ve una magnífica panorámica del río y su valle.

En la Carrova se encuentran los restos de la parte rústica de una villa romana que estuvo en funcionamiento desde el siglo II aC hasta el siglo V dC. Constituye una muestra de lo que fueron las explotaciones agrícolas romanas del Ebro y de cómo se adaptó el mundo indígena. La villa romana de la Carrova se ha convertido en el primer yacimiento de época romana excavado y consolidado para la visita pública a las Tierras del Ebro.

A su lado, la torre fue construida durante la baja Edad Media (siglo XIV) en los límites territoriales de Amposta y Tortosa y constituye uno de los ejemplos más majestuosos de la red de torres del Ebro.

Durante la época moderna fue el centro de una finca del monasterio de Benifassà; después pasó a manos del marqués de Santa María. Su rehabilitación arquitectónica en la década de los 90 del siglo XX ha permitido abrir la torre a la visita pública.

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