¡Mensajes efectivos!
Una de las herramientas más importantes que tenemos para educar es la comunicación.
Una comunicación respetuosa y efectiva no sólo es positiva para el niño/a o adolescente sino también para nosotros.
Es la mejor manera para evitar discusiones y enfrentamientos que dañan nuestro estado anímico.
¿Qué frases o palabras no ayudan en esta comunicación efectiva?
- Amenazas: suelen entenderse como una invitación a repetir un acto prohibido.
Oriol está haciendo una construcción de piezas. Javier, suu hermano mayor, le lanza la pelota de baloncesto contra él y se la rompe. Al ver llorar a Oriol, el padre/madre le dice a Javier:
«¡Como vuelvas a destrozar lo que está haciendo tu hermano te quedarás sin ver la tele!»
Es muy probable que Javier vuelva a hacerlo para poner a prueba su autonomía delante del adulto y para comprobar si la amenaza es cierta.
También es muy probable que cuando la amenaza se cumpla tome represalias contra su hermano.
- Sobornos
«Va, Javier, para de molestar a Oriol. Si te portas bien, después cuando bajemos a la calle te compraré un helado.»
Javier ha entendido que la mejor manera de conseguir un helado es molestando a su hermano.
- Sarcasmos
«¿Cuántas veces te tengo que repetir que no molestes a tu hermano? ¿Estás sordo o qué te pasa? ¿Dónde has aprendido eso? ¿En la selva?»
- Predicciones futuras
«Como sigas así nadie querrá jugar contigo. Ni tu hermano, ni tus amigos.»
En estas dos últimas ocasiones, aunque sabemos que lo que decimos no es verdad, no conseguiremos que el niño pare su mala conducta y, además, Javier empobrecerá su autoimagen.
¿Qué alternativa podía tener el padre/madre de Javier?
- Una posibilidad es la siguiente:
«La pelota de baloncesto es para tirar a la canasta, no a la construcción de tu hermano.»
Tal vez Javier con esta frase podía tener suficiente información como para entender que no tenía que seguir con esta acción.
Pero imaginemos que volviera a destrozar la construcción. Su madre le sacaría la pelota y le diría:
«La pelota de baloncesto es para tirar a la canasta, no a la construcción de tu hermano.»
La madre pone fin a una acción inaceptabe y evita atacar la integridad de su hijo.
Una información clara y una acción decidida, si es necesario, evitan atacar la integridad del niño y del adolescente.
A su vez, nos permite no desgastarnos y ponernos cada vez más nerviosos con una cantidad de palabras (amenazas, sobornos, sarcasmos) que no nos serán útiles en nuestro propósito.
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Feliciano Garcia
- Docente, Técnico en Educación Emocional. Terapia familiar. Formado en Constelaciones Familiares.