Una ruta en coche por la Conca Dellà: des de Isona hasta Orcau
Pisadas de dinosaurios, marcas de mantas del cretácico, rocas con forma de setas en un paisaje lunar, paredes verticales que enmarcan aguas cristalinas… Todo esto y mucho más forma parte del espectáculo natural que es la Conca Dellà.
La Conca Dellà, escondida en el Pirineo catalán, contiene miles de maravillas geológicas e históricas para visitar en familia.
Des de Sortir amb Nens, os proponemos una pequeña ruta de un día para ir de excursión con vuestros hijos e hijas. Tan solo necesitareis un coche y muchas ganas de conocer el territorio más cercano.
El punto de partida de esta ruta es el municipio de Isona. Los orígenes romanos de la villa quedan reflejados en sus restos arqueológicos más emblemáticos, como la muralla. Para conocer más sobre su historia y sobre el territorio que la rodea, recomendamos dar una vuelta por el pequeño museo de la Conca Dellà.
La siguiente parada será el yacimiento paleontológico de La Posa. En el lecho de rocas, podréis ver las marcas que dejaban las matas marinas al alimentarse de los invertebrados que se escondían bajo la arena. ¿Qué hacían estos animales en medio del Pirineo? Pues bien, debemos recordar que hace 100 millones de años, la Conca Dellà era un mar tropical. Como cambia todo en unos pocos millones de años, ¿verdad?
Sin salir del mismo yacimiento, también se pueden visitar vestigios de épocas mucho más recientes, como una pequeña ermita y restos de la Guerra Civil. También hay una zona de picnic con mesas y barbacoas donde podéis aprovechar para almorzar.
La siguiente parada la haremos en el Forat de l’Abella. Aquí, tanto los más pequeños como los mayores, podréis disfrutar de un baño en las frescas aguas del rio Abella. Y si no es época de darse un chapuzón, no os preocupéis, las pequeñas pozas y el cañón creados por el río son muy dignos de ser apreciados por sí mismos.
¿Y si a continuación visitamos una de las pocas viles closes que quedan en Cataluña? En Figuerola d’Orcau podréis maravillaros del encanto medieval que transmite este pequeño pueblo y hacer un viaje en el tiempo.
Des de esta misma localidad, continuaremos hasta la Roca del Bolet. Como su propio nombre indica, se trata de una formación geológica con forma de un simpático champiñón. Para llegar, tendréis que ir en dirección a la piscina municipal, pero si surge cualquier problema, siempre podéis preguntar a los locales. ¡Todo el mundo la conoce!
La Roca del Bolet es una estructura geológica única formada por la erosión del viento. Se encuentra enmarcada dentro de un paisaje de dunas muy singular que recuerda películas de ciencia ficción. Seguro que los niños y niñas se lo pasarán genial investigando la zona. Además, es bastante seguro, aunque es mejor que haya un control parental, ya que al tratarse de una zona de erosión, siempre hace falta tener presente que hay áreas que pueden desgastarse fácilmente. Ante todo, es muy importante no tocar ni acercarse demasiado a la Roca del Bolet para no contribuir más a la erosión del viento. Así dejaremos que las niñas y los niños de futuras generaciones también puedan disfrutar de esta curiosa roca.
Por último, pero no por ello menos importante, llegaremos al yacimiento paleontológico de Orcau. En una pared de roca bastante vertical, podréis seguir las pisadas dejadas por los titanosaurios de hace miles de millones de años. ¡Seguro que es una experiencia difícil de olvidar!
Y si todavía tenéis tiempo y ganas, podéis visitar Dinosfera; un museo de dinosaurios con restos fósiles y reproducciones que enamoraran a toda la familia.
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Imágenes de archivo cedidas por la Oficina de Turismo del Pallars Jussà. Autor: Jordi Peró
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