¡Excursión a la cascada del Gerber con niños!
La cascada del Gerber es un rincón escondido y poco conocido de la comarca del Pallars Sobirà. Llegar es fácil y puede convertirse en toda una aventura para vivir con los niños y niñas más pequeños. ¡Desde Sortir amb nens te explicamos cómo llegar a la cascada del Gerber!
La excursión es circular y se puede empezar desde dos puntos; desde el refugio del Gerdar o bien desde el parking ubicado dos kilómetros más adelante a la carretera C-28. La diferencia entre un punto y otro es de tan solo 2 km, por lo cual vale la pena empezar desde el refugio y hacer la ruta entera, de 6 km en total, ¡sobre todo si los niños están habituados a la montaña!
Yendo despacio y disfrutando del paisaje podemos tardar unas 3 horas en hacer la ruta, entre ida y vuelta. Los primeros tramos son muy sencillos, rodeados por el precioso bosque del Gerdar. Si vamos en verano, agradeceremos la sombra de los árboles y el ambiente fresco del entorno.
De los caminos frondosos entre árboles acabaremos andando al mismo lado de las vertientes de las montañas, con pequeños prados de hierba donde siempre es un buen momento para sentarse y disfrutar de las vistas y del entorno.
Llegando a la cascada del Gerdar encontraremos que el terreno se vuelve pedregoso. Este tramo es de dificultad moderada y es mejor hacerlo despacio y si necesitamos parar, ¡adelante! Pero siempre podemos aprovechar esta oportunidad con los niños y niñas y coger un bastón o una rama y continuar la excursión convirtiéndonos en pequeños exploradores.
A pesar de este pequeño tramo pedregoso de unos 500m, el paisaje se hace todavía más increíble con todo el verde que nos rodea.
Cuando el tramo pedregoso queda detrás, veremos que seguimos el curso de un pequeño río que nos da la pista de donde está la cascada. Podremos esquivarlo gracias a pequeños puentes y maderas que evitan que nos mojemos o resbalemos por el barro. Además, si hace calor, ¡no hay nada mejor que un pequeño baño en el río!
Ya en la cascada, ¡las vistas son magníficas! Encontraremos unas escaleras de madera por donde podremos subir a admirar la cascada en su máximo esplendor. Y lo mejor de todo es que al ser un lugar poco conocido, si no hay más gente en el mirador, nos podremos quedar todo el rato que queramos. Si aguantamos la pequeña lluvia de la cascada, ¡claro!
Ya por el camino de vuelta, pasaremos por el mismo recorrido que hemos hecho para ir. ¡Y esta vez se pasará el tiempo volando! Siempre podemos parar junto al río de la Bonaigua para comer, beber o tan solo para descansar y disfrutar.
➡ Mira esta excursión por el estanque del Gerber AQUÍ
